La decisión de hinchas de Chacarita de acompañar a los jubilados en su tradicional marcha de los miércoles frente al Congreso es una buena excusa para repasar algunos momentos en los que los de afuera no fueron de palo.
Este miércoles se produjo en la Capital Federal un hecho curioso. Un nutrido grupo de simpatizantes del club Chacarita Juniors, que pidió no ser confundido con la barrabrava del club, concurrió al Congreso para acompañar a los jubilados en su clásica marcha de los miércoles.
Los flyers de la convocatoria en internet no estaban claros. En general compartían la imagen con consideraciones positivas sobre la decisión, y no se veía una firma.
Sin embargo, surtió efecto, e hinchas no sólo del Funebrero, sino de Laferrere, de Vélez y de Racing, por las camisetas que se pudieron apreciar, también dieron el presente.
Lo que sí se conoció fue el disparador de la movida. La hinchada fue a acompañar especialmente a Carlos, un hincha de Chaca, jubilado, que asiste a las movilizaciones con la tricolor y fue reprimido por la policía.
Y parece que la jugada no se termina en lo que pasó. En medios y redes sostienen que el miércoles que viene más hinchadas del fútbol argentino se sumarán a la movilización.
Chacarita tiene su génesis en sectores populares. Fundado en 1906, tomó el color negro por su cercanía con el cementerio (de ahí su apodo “El funebrero”), el blanco de la pureza de los ideales de sus jóvenes fundadores, y el rojo de las ideas socialistas que profesaban.





La República de Mataderos
Nueva Chicago es quizá la hinchada del fútbol más relacionada a la acción política directa, sin salir incluso de las tribunas.
Es que, al menos, dos veces en su historia desafió distintas dictaduras entonando la marcha peronista, canción prohibida por ley tras el golpe militar de 1955, y de facto, durante la dictadura cívico militar que gobernó el país entre 1976 y 1983.
La autodenominada Revolución Libertadora, que tomó el poder en 1955 derrocando el gobierno de Juan Domingo Perón, emitió el decreto Decreto-ley 4161, el 5 de marzo de 1956. En el mismo se prohibía, entre otras cosas, “las expresiones «peronismo», «peronista», » justicialismo», «justicialista», «tercera posición», la abreviatura PP, las fechas exaltadas por el régimen depuesto, las composiciones musicales «Marcha de los Muchachos Peronista» y «Evita Capitana» o fragmentos de las mismas, y los discursos del presidente depuesto o su esposa o fragmentos de los mismos”.
Antes de eso, hecho sobre el que hay noticias, y luego, sucesos que solo guarda la memoria popular, ya que la dictadura no dejaría registros de la transgresión, la hinchada de Chicago entonó a voz en cuello La Marcha Peronista.
Fue el 2 de octubre de 1955, 15 días después del golpe de estado, en un partido en que el verdinegro venció a su rival por 4 a 1.
Ya en 1981, Chicago enfrentaba a Defensores de Belgrano, y con el partido definido a favor de los de Mataderos por 3 a 0 que los dejaba a tiro de campeonato, la hinchada comenzó a corear “Dale Campeón”, luego “Chicago corazón”, para terminar entonando las estrofas de la marcha peronista.
Ahí la policía decidió reprimir y el hecho llegó a las portadas de los grandes medios, como Clarín. El título principal del diario eran las multitudinarias marchas pacifistas en Europa contra el desarrollo nuclear para la guerra.
Al lado, apenas más chico, se podía leer: “Incidentes y detenidos en una cancha de fútbol: la Policía arrestó a 49 personas en Nueva Chicago por cantar la marcha peronista”.
Eran tantos los detenidos, que, al no alcanzar los móviles policiales, la policía llevó a varios reos corriendo a la comisaría, lo que dejó el ingenioso título de Crónica del 25 de octubre de 1981: “Presos al trote”.
Treinta y cinco después, solo 1 de ellos había recuperado la libertad, en una causa en la que el delito contemplaba sólo 30 días de arresto. La situación era tan complicada que los dirigentes del club armaron una solicitada que fue firmada, venciendo el temor, por muchos vecinos del barrio. La nota fue publicada en la prensa, y eso generó la convocatoria de los autores por parte del mismísimo Benjamín Viola, presidente de facto de ese entonces.
Tras la audiencia, se logró la liberación de los «insurrectos».
Explotó el Ciclón
El caso de San Lorenzo, mucho más acá en el tiempo, tuvo como origen un hecho deportivo, que derivó en un slogan opositor, reconocible por la sigla MMLPQTP.
El 4 de octubre del 2018 San Lorenzo recibía al Boca puntero en el nuevo Gasómetro, buscando acortar la diferencia de 6 puntos.
Rápidamente se puso en ventaja con gol del sanjuanino Rubén Botta. Pero a los pocos minutos, Carlos Tévez, en offside, sentenció el empate.
En el primer tiempo ya San Lorenzo se quedó con diez, y con nueve faltando casi 15 minutos para terminar el partido. La convalidación del gol de Tévez en posición adelantada y las expulsiones dispuestas por el árbitro Silvio Trucco fueron vistas por los hinchas cuervos como una vendetta por la mala relación de Marcelo Tinelli, hombre fuerte del club de Boedo, con el titular Xeneixe, Daniel Angelici y el presidente de la Nación de entonces, Mauricio Macri. Y estalló el cántico: “Mauricio Macri…”
Perlitas de archivo muestran a la hinchada de San Lorenzo entonando el mismo canto en 2011, en un partido contra Tigre.
Pero fue en 2018, con Macri presidente, que la canción rebotó tan fuerte que hasta la dijo Charly García en un concierto en Córdoba, luego de que el ex presidente anunciara la intención de hacer intervenir al Ejército en cuestiones de Seguridad Interior.
El hecho deportivo se transformó en político, dejando una frase que se usó en actos, recitales, y hasta en mercadishing.
“…brillará blanca y celeste”
El 7 de marzo es el día del hincha de Racing. Es porque un día como hoy, pero de 1.999, más de 30.000 hinchas se reunieron en el estadio Presidente Perón para frenar el intento de hacer desaparecer al club.
Tres días antes, el 4 de marzo, se había declarado la quiebra de la institución y se había ordenado el cese de sus actividades, por pedido del entonces presidente, Daniel Lalín, ante la imposibilidad de cumplir con compromisos financieros cuantiosos.
Racing no pudo comenzar el torneo clausura de ese año, pero, ante el reclamo de su gente, la Cámara de Apelaciones de La Plata, con una aclaración de sentencia, permitió que el club retomara la actividad deportiva al tiempo que se liquidaban sus bienes. Allí apareció blanquiceleste, una precuela de las SAD, que se hizo cargo de Racing. Pero también quebró. Finalmente, en 2008 un juez levantó la quiebra y el club, tras acciones judiciales y depósitos monetarios, fue restituido a sus socios.
Pero cuestiones jurídicas aparte, en el corazón del hincha de Racing cuelga como una medalla aquel recuerdo del 7 de marzo, el día que con salvaron su club. /Guido Berrini/tiempodesanjuan.com