La amiga a la que le pidió que lo acompañara a una fiesta, su versión de una supuesta pelea con su esposa -”discutí con ella y me tiró de todo”-, la explicación sobre los rasguños que tenía en el cuello y una salida el mismo día del crimen: elementos que surgen de la declaración de una testigo
Los dichos de una testigo incorporados al expediente revelan un extaño comportamiento de César Sena horas antes y después del femicidio de su esposa. “Discutí con Cecilia (Strzyzowski) y ésta me tiró de todo”, fue la versión que le dio a una amiga de la pelea que habría tenido con su pareja.
El jueves 1 de junio, último día en que Cecilia Strzyzowski fue vista con vida junto a su pareja César Sena, el actual detenido e imputado por el femicidio invitó a una amiga a una fiesta en Paso de la Patria, Corrientes (distante a unos 57 kilómetros de Resistencia) para las 23 horas, momento en el que él se encontraba ya junto a la víctima.
La invitación la envió a M.J.M., testigo de la causa que se identificó como una amiga del hijo de Emerenciano Sena y Marcela Acuña, a quien conoció hace tres años y profundizó en una relación de amistad a través de Tinder, la misma aplicación por la que César conoció a Cecilia. Su testimonio, de gran relevancia para los fiscales, fue incorporado en el expediente y se conoció en la resolución de las prisiones preventivas dictadas por el Equipo Fiscal Especial que investiga el hecho.
La testigo “M” manifestó el 16 de junio que, producto de la relación de amistad que tenían, César Sena le ofreció un trabajo como empleada doméstica en el centro de salud que funciona en el barrio Emerenciano, por el cual percibe hasta ahora una beca.
“Con César hemos compartido charlas e incluso he ido a su casa en más de una oportunidad, una de ellas a tomar mates, donde entre otras cosas me comentó que entrenaba Jiu-jitsu con un profesor particular que iba a su casa”, relató la joven y confirmó que conocía la relación entre César y Cecilia. “Sabía que tenían una relación tóxica entre los dos, por eso yo no hablaba mucho con él para no tener problemas”, comentó.
La testimonial suma datos importantes a la investigación ya que expone cómo se comportó César Sena antes y después del femicidio de su pareja. El día jueves 1 de junio, último día en que la tía abuela de Cecilia la vio con vida, el joven de 19 años invitó a “M” mediante un mensaje de Whatsapp a una fiesta “los dos solos” que se realizaría en Paso de la Patria, Corrientes, a las 23 horas. “Me pareció raro y le dije que no”, contó la testigo.
Horas más tarde, ya a la medianoche del viernes 2, Sena volvió a enviarle un mensaje. “Me dijo si le podía dejar dormir en casa porque se había peleado con su novia y ésta no le dejaba entrar en su casa”, indicó la amiga de Sena quien le dijo que sí podía hacerlo aunque eso nunca se concretó: “Me daba vueltas cuando le decía que venga, diciéndome que tenía vergüenza y demás cosas, entonces yo me dormí”.
Tal como consta en las cámaras de seguridad, Sena pasó la noche junto a Cecilia en un hotel. Sin embargo, el sospechoso del femicidio le aseguró a su amiga que durmió en su camioneta y que “de paso” le hizo compañía al sereno del barrio de su padre.
LOS RASGUÑOS EN EL CUELLO DE CÉSAR
El viernes de la desaparición de Cecilia, la testigo “M” tenía previsto un operativo de salud en Colonia Elisa y decidió invitar a su amigo César, algo que él aceptó. “A horas 12:50 César ya estuvo en casa. Llegó en la camioneta blanca vieja y yo le invité un sándwich de milanesa porque me dijo que no había comido. Después me dijo para buscar a ‘R’ para que vaya con nosotros, a quien yo conozco de las marchas que hacemos con el Movimiento Socialista”, recordó la testigo.
Durante el viaje, “M” notó rasguños en el cuello, mentón y frente por lo que le preguntó qué había pasado: “Me dijo textualmente ‘discutí con Cecilia y ésta me tiró con todo lo que tenía delante’ y también que Cecilia le pedía plata que él no tenía”.
César Sena permaneció en el operativo sanitario hasta las 17.30 horas, informando que tenía una “reunión”. Se fue del lugar junto a “R”, una trabajadora del movimiento a quien luego terminó llevando Gustavo Obregón desde Santa María de Oro 1460 -casa del clan Sena- hasta el barrio Emerenciano.
Finalmente, en horas de la noche de ese mismo día, la joven le preguntó a su amigo cómo estaba y él contestó “maso”. “Al otro día, o sea sábado a la mañana, volvimos a hablar por WhatsApp y él me invitó para salir un rato a comer algo”, contó la testigo y recordó que fueron hasta un kiosco.
Sobre esa charla, que se produjo con Cecilia ya muerta, la amiga de Sena recordó: “Hablamos de relación de parejas, ya que yo también tenía problemas con un noviecito que tengo y él me contó de sus problemas con Cecilia y que la relación ya no iba más porque ya hubo golpes, a lo que le aconsejé que debía terminar su relación para no pasar a mayores”.
En el kiosco permanecieron media hora hasta que César la trasladó en su camioneta hasta la casa, allí su amiga ve que debajo del asiento “llevaba una mochila color azul, de donde sacó una tableta de pastilla que tenía en una cajita que tenía contado los días, y le pregunté de qué era y me dijo que se lo recetó el psicólogo, porque tenía problemas de arranques (que yo interpreto arranques de nervios); y que tomaba todos los días”.
La última charla por WhatsApp que mantuvieron “M” y Sena fue ese mismo sábado a la noche, cuando la joven le pidió ingresar a una fiesta organizada por el movimiento Socialistas Unidos en el local Coliseo de Resistencia, en la que estuvieron Emerenciano Sena, Marcela Acuña, César Sena y Fabiana González.
En días posteriores la joven intentó comunicarse con su amigo pero los mensajes ya no le llegaban: había cambiado su teléfono. “Lo volví a ver a César el día miércoles 7 de junio en horas de la mañana en un operativo de salud en Colonia Unidas y hablé con él. Solo me dijo que estaba mal y no mucho más. Desde entonces no lo vi, ni hablé más con él”, concluyó la testigo que brindó detalles de las horas previas y posteriores al crimen. /Gabriel Bobis /Infobae- Fotos: A24- Ahora—Radio Futura—LA NACION–