Un maestro de grado de la institución educativa habló de lo que significa educar en una escuela de 3 alumnos como el único lugar de referencia con la comunidad.
A 35 kilómetros de Chos Malal, hay una escuela de 3 alumnos, que sigue firme como el mástil de la bandera azul y blanca de las fotos. Todo un símbolo, en medio del campo apenas cubierto por la nieve que comienza a caer con los primeros fríos, temperaturas bajo cero y un paisaje de fondo que magnifica la soledad.
En pocos días más, la institución educativa se despedirá de sus estudiantes hasta septiembre próximo, cuando la cercanía de la primavera marque el inicio de un nuevo ciclo lectivo.
La Escuela Primaria 338, del paraje Leuto Caballo es el lugar de encuentro de 3 niños, uno de los cuales egresa este año. Pero comenzarán otros. «Un solo niño, la escuela tiene que seguir estando», expresó con total convicción su maestro de grado, Christian Donofrio, en diálogo con LMNeuquén.
Los niños que asisten al establecimiento educativo son del paraje y, como dice su maestro, «tienen derecho a educarse en su territorio, donde nacieron. Ese es el pensamiento que tiene su comunidad». Una niña vive a 2 kilómetros de distancia, mientras que los otros dos (del paraje Los Entierros), recorren alrededor de 13 km. El problema no es tanto ir al establecimiento, ubicado a la vera de la Ruta Provincial 2, sin asfaltar; como si acceder a las viviendas de sus estudiantes, más aún cuando llega el invierno y las condiciones de vida son más crudas. Dos de los estudiantes no tienen luz eléctrica.
Por eso, lejos de «romantizar» la ruralidad de los niños que aprenden lejos de la ciudad, hay que asumir que sus vivencias completamente distintas también hablan de mucha dificultad. Viven el campo; y la vida en el campo es parte de su cultura e identidad.
Hace algunos años atrás, la institución funcionaba en un depósito de la comisión de fomento rural. Pero la lucha de la propia comunidad hizo posible que tenga la escuela tenga su espacio propio en una casa de madera, de dos aulas y baños. En una de las aulas funciona la dirección.
Su realidad es la de otras escuelas que con los años vieron mermar su matrícula estudiantil. Hay menos niños, menos población. Sin embargo, el maestro de grado destacó que «sigue pujando un montón para prevalecer». Es que en un sentido más amplio, su presencia en la vida de los chicos no se reduce a ser un espacio donde puedan ejercer su derecho a la educación. «Es el único lugar de interacción para ellos, de encuentro con sus compañeros y maestros», expresó Donofrio.






Un lugar de interacción y de la comunidad
Además, la escuela cobra vida y mayor relevancia para la comunidad, que se apropia de ese espacio y se retroalimenta en la medida que participa y lleva a cabo distintas actividades en conjunto, como lo fue una cabalgata muy significativa para el Día de la Tradición; o la Feria de Ciencias que visibilizó el trabajo en el norte neuquino. «Por eso es tan importante que siga abierta y que los chicos del paraje no vayan a otra escuela», sostuvo el docente.
Es imposible soslayar la incertidumbre y el temor que tienen algunas instituciones de la provincia en el contexto nacional complejo que se vive y proyecta algunas políticas de Estado contrarias a la permanencia de escuelas en la zona rural con baja cantidad de alumnos. Sin embargo, cuando una escuela se ha visto amenazada, la comunidad se para con firmeza y la defiende como un espacio de pertenencia que no se quiere perder.
«Lo lindo de esta escuela es que se construyó a pulmón. Durante 20 años, funcionó en un depósito en condiciones que no eran las óptimas para dar clases. La comunidad sostuvo la escuela y después de muchos años de lucha, se logró un edificio propio». Christian Donofrio, maestro de grado.
Con la promoción de este año, egresará un nene de séptimo grado. Pero una niña espera ingresar en septiembre próximo, y la escuela seguirá adelante con una matrícula de 3 alumnos.
Donofio es maestro de la institución hace casi dos años. No es habitual que los docentes pasen mucho tiempo allí y resulta difícil cubrir los cargos. Es que la escuela primaria es de jornada simple. No obstante, el docente remarcó que «mientras haya un niño del paraje Leuto, la escuela va a seguir funcionando».
«La escuela es un espacio muy enriquecedor donde se generan actividades que mantienen encendida a la comunidad». Christian Donofrio, maestro de grado.
/lmneuquen.com