LA NACION accedió a la declaración de una persona que relató que la suegra de la joven desaparecida prendió una fogata en el patio de su casa para deshacerse de pruebas
A más de un mes del femicidio de Cecilia Strzyzowski, los detalles del caso confirman lo truculento del accionar del clan Sena y el rol que cumplió cada uno de los tres implicados.
Según los nuevos documentos del expediente a los que tuvo acceso LA NACION, Marcela Acuña se habría ocupado de quemar algunas de las pertenencias de Cecilia que quedaron en la casa familiar de Santa María de Oro 1460 de Resistencia, una fortaleza de macizos paredones negros donde vivía junto a su marido Emerenciano Sena, el piquetero cuya alianza con el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, está detrás del poder de la familia. Acuña es la madre de César Sena, la pareja de Cecilia y el principal sospechoso del asesinato. Todas las pruebas apuntan a que en esa casa fue donde mataron a Cecilia el 2 de junio.
Así lo declaró Fabiana González, la secretaria de la familia, que está presa por encubrimiento. “Yo la vi esos días posteriores al viernes a Marcela quemando cosas en el patio, al fondo, donde están los perros, donde ella se asustó cuando la vi, pero después me manifestó: ‘Prendí fuego acá, pero ya terminé’”, dijo González frente a los fiscales el 26 de junio.
Siempre según González, Acuña se volvió a referir a la quema en una comunicación posterior que mantuvieron: “Quemé la campera equivocada, quise quemar la campera de que era de Cecilia para que César no vea, pero es de Rita, que se olvidó en la camioneta el día del viaje. Ahora no sé cómo le devuelvo a Rita”, declaró. La Rita a la que se refieren es Rita Romero, directora de la secundaria del barrio Emerenciano y candidata de la lista del clan. César llegó con ella a la casa familiar la tarde del crimen.
Los peritajes realizados en el patio de la casa familiar de Santa María de Oro confirman la declaración de González. Allí se encontraron restos chamuscados de una billetera negra que era de Cecilia: tenía tarjetas a su nombre.
César Sena fue quien llevó a Cecilia a la casa familiar donde la mataron y sobre quién pesan más indicios de haber sido el autor material del hecho. Emerenciano aparece, en principio, como un personaje menor, debilitado por problemas de salud y a quien le habrían ocultado los vericuetos del asesinato. Sobre el tercer integrante del clan, Marcela Acuña, la madre de César y esposa de Emerenciano, aún hay demasiadas incógnitas.
Los fiscales del caso -Jorge Cáceres Olivera, Nelia Velázquez y Jorge Gómez- la ubican, junto a su hijo y su marido, en la escena donde se cometió el crimen, aunque no existen, al momento, demasiadas pruebas para sostener esa acusación. Sí sobran, en cambio, los elementos que demuestran que fue parte del encubrimiento. El problema es que, de acuerdo a la ley argentina, encubrir el crimen de un hijo no es delito.
La incineración de elementos es una nueva prueba del encubrimiento que habría hecho Acuña del crimen cometido por su hijo. Otras pruebas son el pedido que le hizo a un camionero para que se lleve la cama y muebles del cuarto donde habrían asesinado a su nuera y su intento de persuadir a González para que le mienta a la Justicia. “Decí que vos le viste a la chica irse”, declaró González que le dijo Acuña, su jefa.
Según la investigación, también habrían incinerado el cuerpo de Cecilia. De eso se habrían ocupado César y Gustavo Obregón, la pareja de González, que también trabaja para el clan. El propio Obregón, que está preso por encubrimiento, declaró que el día del crimen y a pedido de César, lo ayudó a cargar un bulto -que sería el cuerpo de Cecilia- en una camioneta Hilux blanca y que luego lo prendieron fuego en una chanchería que la familia tiene en las afueras de Resistencia.
Aunque los fiscales la sitúan en la escena del crimen, Acuña dice que el que mató a Cecilia fue su hijo César. “¿Por qué si fue César (mi hijo) responsable nos incriminan a nosotros?”, se preguntó en una carta a la que accedió LA NACION. Dijo que detrás de la acusación contra ella y su marido están el “Partido Judicial”, el radicalismo y los grandes medios de comunicación, que lo que buscan es atacar a Emerenciano y a Capitanich, aliado político del matrimonio preso. Además, reclama por las condiciones de su detención y apunta contra el fiscal Cáceres Olivera. / Nicolás Cassese /LA NACION—FOTOS: A24- El Cuco Digital- Diario La Mañana- R770