Vaca Muerta es uno de los plays más prometedores a nivel mundial, con recursos y oportunidades de inversión en un contexto de creciente demanda global.
En el vasto mapa mundial de los hidrocarburos, Vaca Muerta emerge como una de las formaciones no convencionales más prometedoras, pero también como una de las menos explotadas.
A pesar de contar con recursos recuperables técnicamente estimados en 16.000 millones de barriles de petróleo y 8,5 billones de metros cúbicos de gas, apenas se ha extraído el 3% del petróleo y el 1% del gas disponible.
Esta subexplotación contrasta con el nivel de desarrollo alcanzado en otras regiones, como Permian Delaware y Permian Midland en Estados Unidos, lo que resalta el enorme potencial aún por aprovechar en la Cuenca Neuquina.
El atractivo para las compañías
El interés de las supermajors por expandir sus inversiones encuentra en Vaca Muerta una oportunidad única.
Informes recientes destacan que empresas como Saudi Aramco y ExxonMobil están liderando los esfuerzos globales en gasto de capital (CAPEX). Saudi Aramco proyecta una inversión de 45.000 millones de dólares para 2024, mientras que ExxonMobil alcanzará los 36.000 millones en el mismo periodo. Si bien el foco principal de este tipo de compañías está en zonas ya consolidadas como Medio Oriente o Permian en Estados Unidos, Vaca Muerta comienza a consolidarse como una alternativa estratégica.
El atractivo de la formación radica en varios factores clave. Por un lado, los costos operativos han disminuido significativamente en los últimos años, lo que hace que la explotación sea más competitiva a nivel global.
Por otro, su ubicación estratégica en América Latina representa una diversificación frente a los grandes yacimientos de Estados Unidos y Medio Oriente.
Un potencial por desbloquear
A pesar de los avances tecnológicos y el crecimiento en la producción, Vaca Muerta sigue siendo un terreno ampliamente inexplorado. Esto ofrece una oportunidad de crecimiento sostenible y a largo plazo para las grandes compañías que buscan expandir sus operaciones en nuevos mercados.
Además, el desarrollo de esta formación tiene implicaciones significativas para la economía argentina, que podría beneficiarse de inversiones extranjeras directas, generación de empleo y un incremento en las exportaciones de hidrocarburos.
Los análisis destacan que, en comparación con otras formaciones, como Permian, que ha alcanzado niveles de explotación avanzados gracias a décadas de desarrollo e infraestructura robusta, Vaca Muerta tiene un margen de mejora considerable. La introducción de tecnología más avanzada y el fortalecimiento de su infraestructura podrían posicionar a esta cuenca como un competidor directo de las grandes reservas mundiales.
La política energética
Desde que asumió Javier Milei se han implementado políticas destinadas a fomentar la inversión extranjera, desde incentivos fiscales hasta mejoras en la capacidad de transporte de gas y petróleo. Sin embargo, la volatilidad económica y los desafíos regulatorios siguen siendo obstáculos importantes que deben superarse para maximizar el potencial de Vaca Muerta.
El impacto positivo de desarrollar de la roca madre no solo se limita al sector energético. La autosuficiencia energética derivada de una explotación más intensiva reduciría la dependencia de las importaciones de combustibles, fortaleciendo la balanza comercial del país.
Asimismo, permitiría a Argentina ingresar con mayor fuerza al mercado internacional de exportación de gas y petróleo, diversificando su economía más allá del agro y generando estabilidad cambiaria.
El futuro de Vaca Muerta
El creciente interés de las grandes petroleras mundiales en Vaca Muerta es un claro indicador de su potencial estratégico. Aunque actualmente ocupa un lugar secundario frente a gigantes como Permian, su riqueza en recursos no convencionales, sumada a la creciente demanda global de energía, la posiciona como una de las joyas emergentes en el mercado de hidrocarburos.
Para que este potencial se traduzca en realidad, será crucial que Argentina logre atraer inversiones sostenibles y supere las barreras actuales de infraestructura y regulación. Si estos desafíos son abordados con éxito, Vaca Muerta no solo tendrá un impacto transformador en la economía argentina, sino que también se consolidará como un jugador clave en la industria energética global /lmneuquen.com