El máximo organismo del fútbol sudamericano dio a conocer la sanción tras los graves incidentes ocurridos en Avellaneda el pasado 20 de agosto en la revancha de los octavos de final
Luego de los descargos escritos y las audiencias presenciales, la Conmebol dio a conocer el fallo tras la cancelación del partido entre Independiente y Universidad de Chile por la vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana que debió ser suspendido por graves incidentes en las tribunas del Estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini.
El organismo continental decidió que Independiente sea descalificado del torneo. El Rojo, además, perderá la localía en los próximos siete partidos, y tampoco tendrá público en los siguientes siete encuentros en condición de visitante.
Por su parte, la U de Chile disputará los cuartos de final de la Copa Sudamericana ante Alianza Lima, pero lo hará sin su público local durante siete encuentros. Al igual que ocurrió con la institución de Avellaneda, los hinchas chilenos no podrán ver a su equipo en condición de visitante en los siguientes siete juegos.
Además, la Conmebol aplicará una multa de 150 mil dólares a cada club y la aplicación de carteles con inscripciones de “basta de racismo, discriminación y violencia”, entre otras medidas.
El duelo se había detenido minutos después de iniciado el segundo tiempo el pasado miércoles 20 de agosto. Los sucesos de agresión en Avellaneda se iniciaron alrededor de las 20hs, según confirmó el ministro de seguridad de la provincia de Buenos Aires, Javier Alonso, con los ataques de hinchas chilenos a fanáticos del club local. Y culminaron cerca de la medianoche cuando un grupo de barras de Independiente irrumpió en la popular visitante y realizó una vil agresión a los últimos simpatizantes de la U que quedaban todavía en ese sector.
Si bien los incidentes iniciales se registraron antes del horario pautado para el juego, los primeros síntomas de la gravedad del problema se vieron durante el entretiempo de este encuentro. Más allá de que se intentó despejar la tribuna visitante con el aviso de la voz del estadio y se buscó comenzar el segundo tiempo, la escalada de violencia impidió la continuidad del juego y obligó a una “cancelación” por parte de la Conmebol.
Los dirigentes de Independiente viajaron inmediatamente después del encuentro a Asunción para tener la primera reunión con Conmebol, pero luego ambas entidades presentaron un descargo escrito el pasado miércoles 27 de agosto. El último paso se dio el martes 2 de septiembre con audiencias presenciales de los representantes de un lado y el otro con los jueces del máximo organismo del fútbol en la región.

Según planteó el presidente de la institución argentina, Néstor Grindetti, la defensa del Rojo estuvo basada en cuatro pilares: “La violencia se originó exclusivamente en la parcialidad visitante desde antes del inicio del partido; Independiente cumplió con todas las normas de seguridad bajo su responsabilidad y se dispuso un operativo acorde a un evento de “alto riesgo”; la vandalización de la Tribuna visitante fue premeditada y con el único objetivo de generar caos; y la cancelación del encuentro fue consecuencia directa de los actos de la hinchada de Universidad de Chile“.
Hay que tener presente que la U de Chile había sido multado y advertido inicialmente el 27 de mayo tras un duelo contra Botafogo de Brasil por la Copa Libertadores. Luego, recibió otra “multa y advertencia” por parte de la Unidad Disciplinaria de Conmebol el 17 de julio a raíz de distintas infracciones en el choque contra Guaraní de Paraguay por la Sudamericana.
La Conmebol ya había informado días atrás que la llave de cuartos de final de Sudamericana se definirá tras la “decisión del órgano judicial” del organismo, pero se había pautado que Alianza Lima de Perú jugaría la ida en Lima el jueves 18 de septiembre, mientras que la vuelta la protagonizaría de visitante el 25 de septiembre. Por ese lado del cuadro, las semifinales tendrán a Lanús de Argentina o Fluminense de Brasil como protagonistas. /infobae.com