La secuencia fue terrible: el automovilista agresor golpeaba a una mujer y mientras conducía pasaba los semáforos en rojo. Ocurrió en pleno centro neuquino.
Momentos de mucha tensión y nerviosismo se vivieron este miércoles por la mañana en pleno centro de Neuquén, cuando un hombre se llevó por la fuerza a una mujer y la metió de prepo en su auto. Mientras conducía, le iba pegando y cruzaba semáforos en rojo.
Toda esta situación fue vista por una taxista, quien había sido convocada para realizar un viaje. Sorpresivamente, apareció en escena el agresor y se llevó a la joven. Afortunadamente, la historia no termina ahí ni con la vida de esta chica. Todo gracias a Roxana, la taxista que se la jugó una vez más y persiguió al automovilista.
Se puso detrás del vehículo, y cuando llegó a la intersección de Rivadavia y Avenida Argentina, consiguió que uno de los agentes de Policía que habitualmente rondan la zona bancaria interviniera. Así evitaron lo que podría haber sido una agresión peor. En todo esto, fue clave la reacción de Roxana.
«Todavía me pregunto, cómo fue que me decidí. Es que por ahí te encontrás con situaciones en que las víctimas no quieren que uno intervenga, entonces lo dudé. Por eso me quedé atrás del auto. La chica ya había abierto el vehículo para subirse y aparece este muchacho de la nada, le saca el celular y sus cosas y se va. La joven, al querer alcanzarlo, la manotea y la sube a la fuerza a su auto. Yo veo esto y digo ¿qué hago? No sabía, no sabía si meterme. Voy saliendo y veo que arranca (el auto), que estaba muy muy enojado. Me coloco atrás. Ahí veo que la va golpeando. Tenía vidrios polarizados, pero vi la mano de él contra el cuerpo de ella», relató Roxana, en declaraciones a Canal 7.
Confesó que en un principio pensó que el hombre la iba a asaltar. Pero luego escuchó que ella le decía «no, no, no». Advirtió que lo conocía. No supo qué hacer, en ese momento. Pero se quedó en alerta. Entonces vio que él se llevó su celular y otras pertenencias, lo que le dio otro motivo más para temer por la chica y comenzar una persecución. Quiso llamar a la Policía, pero atravesada por los nervios del momento, marcó mal el 911.
«Imagínate la situación: yo iba manejando… se me ocurre llamar al 101 y yo siguiéndolo (al agresor). Veo que empieza a pasar el semáforo en rojo. Lo persigo como 15 cuadras, y yo con la Policía en el teléfono, diciendo para dónde iba. Mientras tanto, veía lo que iba haciendo él. En Rivadavia y Avenida Argentina, nos frenó el tránsito y empecé a tocar bocina como loca para que la Policía, que estaba en el medio de la avenida, pare el auto, que así lo hizo gracias a Dios», prosiguió en su relato.
Los minutos fueron una eternidad. «Yo tocaba bocina, tocaba bocina y me acercaba a él, lo más que podía. Pero tocaba mucha bocina para que la gente se fijara lo que estaba pasando y nadie, nadie frenaba el auto», comentó.
Finalmente, cuando intervino la Policía, el automovilista quedó atrapado y no pudo avanzar más. La trabajadora recordó que «costó mucho que bajara la chica porque -el agresor- no la dejaba». Transeúntes y automovilistas ocasionales miraban la escena.
Comenzaron a acercarse otros taxistas para ofrecer ayuda, hasta que finalmente la joven pudo descender del vehículo. «Lo más satisfactorio fue que vino y me abrazó. Listo, ahí ya está, ya está el resumen. Haces las cosas bien, listo basta. Me dice «gracias, porque no sé en qué terminaba esto. Ya llevo más de siete denuncias, dice, y mirá otra más», reveló.
Roxana recordó también que antes de que pudiera bajar del auto, el agresor manifestaba «no pasa nada, es mi señora». Pero a Roxana no se le escapó otro detalle tremendo: «Él seguía con el celular de ella, y se lo partió en una rodilla, en mil pedazos, frente a la Policía».
Sobre la intervención de la taxista
Otros taxistas valoraron la acción que asumió Roxana. Lo consideraron un «acto heroico». Sucede que muchas veces por miedo o resquemor, las personas que vivencian alguna situación difícil «miran para el otro lado». Por eso, destacaron el compromiso social que demostró Roxana.
Alejandro Cavalotti, propietario de Radio Taxi Avenida, habló de la importancia de utilizar servicios públicos que estén homologados y cuentan con las herramientas para disuadir y pedir auxilio. «No es la primera vez que ocurre esto… hoy, porque se hace público. Pero hace más de 10 años atrás, tuvimos la oportunidad de hacer un parto arriba de un vehículo. Asistimos a gente que sufrió un infarto y devolvemos billeteras. Pero lo importante es el compromiso que asumió Roxana, con todo el riesgo que conlleva», destacó Cavalotti.
Insistió también en la necesidad de ser empáticos y comprometernos como sociedad para que situaciones de violencia como ésta no se repitan. «No hay que callar. Donde haya violencia, tanto de hombres como de mujeres, hay que denunciarlo y meterse, como lo hizo Roxana. No directamente, pero sí involucrarse. Creo que hizo Roxana, primero como mujer y después como taxista, es muy noble. Esto hay que valorarlo», reiteró.
El pedido de Roxana
Ante lo sucedido, lo único que pidió Roxana es que «las mujeres que reaccionen, por favor, reaccionen todas las que están pasando por una situación así. No se queden calladas».
En el caso particular, la víctima ya se había separado de su pareja, pero él no lo entendía.
«No está bien y es lo que vivimos día a día en la calle. Robos, hurtos, maltrato ,cosas que vos ves y decís ¡qué locura! y nadie se mete. Recién lo decía Roxana…una mujer con siete denuncias y siempre llegamos tarde. Si no hubiera sido por la reacción de Roxana y el compromiso que tuvo, no sabemos en qué hubiera terminado esto y después lamentamos víctimas y decimos que hicimos mal o quién no estuvo presente y acá es donde tienen que aprenderse las alertas», cerró Cavalotti. /lmneuquen