Ocurrió en la cancha del Lobo, que igual perdió contra Temperley el domingo por la fecha 23 de la Primera Nacional.
Los árbitros están siempre bajo la lupa en el fútbol argentino producto de sus actuaciones tendenciosas, sobre todo en el fútbol de ascenso. Una de las canchas más difíciles para visitar, en ese sentido, es la de Gimnasia de Mendoza y el último fin de semana hubo un nuevo perjudicado. Se trata de Temperley, al que le anularon un gol por fuera de juego cuando el futbolista que convirtió estaba más de un metro habilitado.
Ocurrió el domingo, por la fecha 23 de la Primera Nacional, en el estado Víctor Legrotaglie de la capital mendocina y las imágenes hablan por sí solas.
El equipo visitante ya estaba al frente en el marcador con un lindo gol de Franco Ayunta, cuando generó otro ataque prometedor. El Celeste estaba a punto de extender la ventaja de la mano del propio Ayunta, quien había recibido una gran asistencia que lo dejaba solo frente al arco y definió con precisión.
Sin embargo, la bandera arriba del juez de línea Martín Saccone indignó a todo el banco gasolero. La gravedad del fallo es aún mayor debido a que no fue una jugada rápida y, además, el corte del césped quedaba justo para trazar la línea imaginaria.
Pero el asistente no fue el único protagonista del arbitraje escandaloso, sino que el juez principal también hizo de las suyas. Gastón Monsón Brizuela, conocido en el Federal A y con un par de desempeños muy polémicos, expulsó a dos futbolistas visitantes.
El primero fue Luciano Nieto, quien dejó la cancha con el partido empatado por doble amarilla, acusado de «hacer tiempo», algo que en ninguna cancha es pasible de expulsión. Después, el árbitro echó con roja directa a Fernando Brandán, que protestó indignado por la sanción de la posición adelantada inexistente.

Monsón Brizuela y Saccone fueron parados por la la Dirección Nacional de Arbitraje, que consideró deficiente su rendimiento. Afortunadamente para Temperley y para el fútbol en general, los árbitros no pudieron torcer el destino del resultado, pese a las decisiones tendenciosas que tomaron.
Gimnasia de Mendoza, un abonado
Cuando cualquier equipo del país va al Legrotaglie, sabe que tiene que jugar contra el rival y los fallos arbitrales, que generalmente son muy localistas.
En 2017, por las semifinales del Federal A, lo sufrió Cipolletti, que le pegó un baile de novela en el primer tiempo al Lobo y ganaba 1 a 0 por el golazo de Damián Jara.
Con el 1-0, hubo un gol anulado a Ezequiel Ávila por supuesta posición adelantada que fue decisivo en el resultado final, porque Gimnasia lo empató y pasó por penales.
Como el albinegro, muchos visitantes han sufrido arbitrajes vergonzosos en favor del local tanto en el Federal como en la Primera Nacional. Con planteles de jerarquía y una localía muy difícil de romper, Gimnasia ha estado cerca del ascenso a la elite del fútbol argentino el año pasado, pero perdió la final por el segundo ascenso frente a San Martín de San Juan, que cuenta con la presidencia del importante dirigente de AFA, Sergio Miadosqui. /lmneuquen.com