La guerra ensombrece el planeta. El ataque de Israel a Líbano y la respuesta con misiles de Irán a Israel están entre los hechos más preocupantes en el mundo, no solo porque implica muerte y destrucción, sino por la onda expansiva a los países de Oriente Medio y otros, como el nuestro, que está distante, pero que tiene acuerdos “comprometedores” con Irán.
¿Por qué a Bolivia le debe importar la guerra? Veamos algunos hitos en la historia de la relación entre Irán y nuestro país para después sacar algunas conclusiones.
Los vínculos entre Irán y Bolivia tienen larga data, casi desde el inicio del Gobierno de Evo Morales. El año 2007 fue el primer encuentro público, el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad llegó al país y esa fue la primera de tres visitas, polémicas todas, tanto en el territorio nacional como a escala regional, pues esto ha generado inquietud en Argentina, Chile y otras naciones.
De 2007 a 2024 hubo varios encuentros y varios acuerdos bilaterales. El último fue firmado en Teheran, en julio pasado. Hasta allá viajó el ministro de Defensa, Edmundo Novillo, para sellar un pacto de cooperación militar. La alianza no fue comunicada en Bolivia por fuentes gubernamentales. La ciudadanía se enteró por una publicación con origen en Irán y lo que hizo el ministro fue intentar atenuar el impacto que estaba causando.
¿De qué se trata el acuerdo militar? Pues no hay claridad absoluta, sino pinceladas de lo poco que quiso informar el ministro Novillo.
El ministro de Defensa de Irán, Mohamed Reza Qarai, explicó en Irán que el pacto se trata de “suministrara Bolivia los equipos necesarios en la lucha contra el narcotráfico y para preservar su seguridad fronteriza”. También incluye cooperación académica para las fuerzas armadas bolivianas.
Fuentes vinculadas a las FFAA bolivianas expresaron su temor de que la cooperación iraní incluya misiles y otro tipo de armas, a lo que Novillo respondió que “esas son falacias fantasiosas y sensacionalistas, causadas por intereses políticos”; sin embargo, no mostró el documento ni precisó su alcance.
El año 2015, el embajador de la República Islámica de Irán en Bolivia, Reza Tabatabaei, decía en una entrevista (publicada en el sitio web del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA), que EvoMorales y Mahmud Ahmadineyad firmaron un acuerdo marco, avalado por los congresos de ambos países, que da lugar a la firma de cualquier tipo de alianzay pacto entre ambas naciones.
El último acuerdo de seguridad, hasta donde se sabe, involucra la provisión de Irán a Bolivia de drones para vigilar las fronteras, lo que deja en apronte también a Chile y Argentina. En este último país hay una gran susceptibilidad y molestia porque ven que Irán fue el país responsable del atentado contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), donde murieron varias decenas de personas hace varios años.
Lo que no se sabe es qué ha prometido Bolivia a Irán a cambio de la cooperación que otorga ese país al nuestro, ya que aparte del acuerdo de seguridad hay otros sobre temas de salud e inversiones en otros rubros. Desde la oposición dejaron ver la inquietud de que se hubiera abierto la posibilidad de que este país tenga acceso a los recursos de litio y también de uranio, que son estratégicos para la fabricación de energía atómica.
La guerra
Israel amplió el ataque en el Medio Oriente. Bombardeó Líbano, con el fin de aniquilar a los líderesde Hizbulá y lo ha logrado. Irán intervino en el pleito lanzando ataques (unos 200 misiles) a ciudades israelitas. No se sabe aún cuántas víctimas mortales hay. La guerra escala en esta parte del mundo y existe el temor de que alcance otras dimensiones.
¿Por qué a Bolivia debe importarle la guerra? Pues por los acuerdos suscritos entre los gobiernos de Evo Morales y Luis Arce con Irán. En este capítulo prevalecieron los componentes ideológicos de aliarse con quienes son enemigos de Estados Unidos. Pero esa visión no deja de ser sesgada e ignora características del régimen iraní que violan con creces los derechos humanos, comenzando por la violaciónde la dignidad de las mujeres en su territorio, y terminando en el afán de fabricación de armas atómicas, sin mencionar que su gobierno es visto como terrorista a escala mundial.
Si hay sanciones contra Irán (que seguramente las habrá), ¿repercutirán también en los países que tienen alianzas con esta nación? Esto inquieta porque los acuerdos de Bolivia con el régimen iraní implican energía y seguridad (¿armas?).
Por otro lado, hay que estar atentos (aunque no haya transparencia al respecto) a lo que Irán le pedirá a Bolivia a cambio de sus inversiones y donaciones, si es que se ve metida a fondo en esta guerra que ocurre al otro lado del planeta.
Son temas para analizar y cuestionar. /Mónica Salvatierra/eldeber.com.bo