El intendente de la localidad insiste por una mayor presencia de Gendarmería. También solicita una comisaría y una delegación de la Policía Federal.
Narcotráfico, sicariato, trata, contrabando, asaltos, robos, hurtos. En la frontera de Orán con Bolivia estos y otros delitos transnacionales y de competencia tanto federal como provincial se resumen en una franja territorial que clama a gritos mayor presencia de gendarmes y policías.
El intendente de Aguas Blancas,. Carlos Martínez, asumió el pasado 10 de diciembre al frente de ese Municipio con un cúmulo de necesidades y urgencias, pero remarca que una de las más imperiosas pasa por la permeabilidad e inseguridad de una de las fronteras más calientes que tiene el país. «Necesitamos que Nación fortalezca de manera urgente la presencia de Gendarmería porque la frontera con Aguas Blancas con Bermejo es hoy incontrolable por falta de recursos humanos y técnicos», advirtió el jefe comunal, que desde hace tres semanas también insiste ante el Ministerio de Seguridad de la Nación en la necesidad de que se establezca allí una delegación de la Policía Federal, porque una importante franja ribereña del Bermejo, curso que divide los territorios de Argentina y Bolivia, se convirtió en tierra de nadie.
La razón de ello, explicó Martínez, es la división de competencias jurisdiccionales. «Aquí tenemos toda clase de delitos y hay sectores donde no pueden intervenir ni Gendarmería ni la Policía de la Provincia. Además, no tenemos una Comisaría, sino una subdelegación policial que depende de San Ramón de la Nueva Orán y que nos cubre con cinco o seis efectivos. Si en la ciudad de Orán tienen problemas para controlar la delincuencia, imagínese como estamos en Aguas Blancas, donde la inseguridad es un serio problema para los 5.600 habitantes que tiene la localidad, las personas que adquieren mercaderías en Bermejo y los trabajadores de la frontera, que son víctimas frecuentes de robos, hurtos o asaltos con armas».
No tiene hospital
El intendente norteño hizo notar que Aguas Blancas tampoco tiene hospital y que las ambulancias, para asistir a pobladores en los parajes rurales que tiene ese municipio alejados hasta 25 kilómetros de la línea de la ruta nacional 50k, deben muchas veces ingresar a estos recónditos lugares de la provincia a través del territorio boliviano, donde hasta tienen que pagar peajes. Tras aclarar que en las gestiones que acaba de iniciar ante el Ejecutivo provincial encontró «la mejor predisposición de parte del gobernador Gustavo Sáenz» y colaboradores, Martínez confió en encontrar el mismo eco en la cartera nacional que conduce Patricia Bullrich, con quien espera tener una audiencia en Buenos Aires con la mayor brevedad posible.
«Somos un Municipio pobre y con muchos problemas por resolver», agregó Martínez, quien adelantó que con el Concejo Deliberante comenzaron a analizar diferentes alternativas para ordenar las cuentas y la administración municipal. En este contexto, adelantó que la Intendencia acaba de presentar un proyecto para instrumentar en esa jurisdicción fronteriza un sistema de puestos de control semejante al que tiene Salvador Mazza para el cobro a cuenta de una contribución por las actividades comerciales, industriales o de servicios a los camiones que circulan por la localidad y de una Tasa de Reconstrucción de Pavimento por el transporte de cargas. El jefe comunal subrayó que la iniciativa, que espera implementar en el corto plazo, se encuentra en una instancia de evaluación final con especialistas provinciales en materia fiscal.
En noviembre último, un hermano del intendente de Aguas Blancas, César Martínez, fue asesinado en San Ramón de la Nueva Orán, donde cumplía un arresto domiciliario por violencia de género y tenencia de estupefacientes. El crimen es investigado con hermetismo por la Fiscalía Penal de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas de Orán. Consultado al respecto, el jefe comunal recalcó que espera justicia. Señaló que la Fiscalía aún no informó de los avances de la investigación a la familia. «Supongo que están haciendo un trabajo en silencio», agregó, tras precisar que desde el primer día de gestión mantuvo reuniones con cooperativas, trabajadores de frontera y vecinos de la localidad, quienes se expresaron su preocupación por robos a fincas, asaltos con armas a personas que adquieren productos en Bermejo y un aumento del consumo de estupefacientes en jóvenes de la localidad. «No tenemos recursos suficientes para un adecuado control de la frontera, vigilancia, ni operativos cerrojos. Por eso insisto en la imperiosa necesidad de fortalecer la presencia de todas las fuerzas de seguridad en la zona», acotó. /El Tribuno Salta