El secretario de Seguridad de la Provincia, Diego Rotela, expresó su preocupación por la escalada de violencia sin techo que asola Rosario, al tiempo que lamentó la “improvisación e ineficacia” del gobierno nacional para combatir al narcotráfico.
En este marco, objetó las declaraciones vertidas por el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, quien afirmó que “ganaron los narcos”, en relación a la situación desatada en Rosario, la cual “sólo fue expuesta por las amenazas proferidas a la familia Messi”. “De nada sirve pretender blindar el conurbano bonaerense o Rosario, con fuerzas federales que no están capacitadas para trabajar en ese terreno”, advirtió Rotela y puntualizó que “las provincias fronterizas vemos como siguen dejando descubiertas las fronteras, teniendo una pésima política penitenciaria que, lejos de trabajar en la reinserción social de los internos, brinda herramientas para que los jefes narco administren el negocio y la violencia, desde dentro de los penales”.
Amplió su análisis, indicando que “el garantismo perverso de los funcionarios nacionales otorga más derechos a victimarios que a víctimas” y puntualizó que “la ausencia del Estado en determinados lugares, fija las condiciones para que el ciudadano sienta que el narco ganó, porque el Estado abandonó la lucha contra el narcotráfico”.
Por otra parte, recalcó que Jujuy “lejos de esta situación” y adjudicó este escenario a la “firme convicción política de Gerardo Morales y al trabajo articulado con la Justicia provincial” y subrayando que “ya vemos los primeros resultados de la lucha contra el narcomenudeo”.
Detalló que, desde octubre, con la implementación de la Ley 5.888, se realizaron 355 procedimientos, 64 allanamientos, se sacaron de circulación 15 kilos de pasta base que representan 15.000 dosis, se recuperaron $5.000.000 y se detuvo y procesó a 1001 personas por la tenencia de narcóticos con fines de comercialización.
Asimismo, el funcionario provincial exigió al gobierno nacional “restaurar las fuerzas federales a las fronteras”, como así también “abandonar el discurso derrotista respecto de las bandas de narcotraficantes”, entendiendo que es menester “rever los desaciertos en materia penitenciaria y recuperar el imperio de la ley”.
Finalmente, demandó “hechos y no discursos”.
