Hace 26 años una señal del sonar detectó que había algo en las inmediaciones del Titanic. Desde entonces se ha especulado con lo que podría haber ahí abajo y se creía que podría tratarse de otro naufragio. Ahora, una nueva investigación ha descubierto que no es otro barco hundido. La señal era de un arrecife cuyo descubrimiento y estudio puede aportar valiosa información sobre la vida marina, según informa CNN.
Desde que el imponente Titanic se hundiese en las aguas del Atlántico Norte en abril de 1912, todo lo que tiene que ver con este barco, su pasaje, su tripulación y su tragedia despierta verdadera fascinación. Han sido muchas la inmersiones en la zona para captar imágenes, a casi 4.000 metros de profundidad, de los restos del naufragio más famoso de la historia.
En esas incursiones y exploraciones del fondo marino se han descubierto muchas cosas mientras otras muchas aún esperan a ser descubiertas, como ha ocurrido ahora. Fue en 1996 cuando PH Nargeolet, piloto experimentado de sumergibles de Nautile y buzo del Titanic, detectó algo en la ecosonda. En todo este tiempo una de las explicaciones más plausibles sobre qué sería era la de que se tratase de otro naufragio.
Sin embargo, una expedición realizada a comienzos de año y hecha pública ahora descubrió que lo que ‘se escondía’ ahí abajo era un arrecife compuesto de formaciones volcánicas que sirve de hábitat para langostas, peces acostumbrados a esas profundidades, esponjas y especies de coral.
Murray Roberts, profesor de la Universidad de Edimburgo e investigador de la expedición, ha reconocido a CNN que este hallazgo “es biológicamente fascinante. Los animales que viven allí son muy diferentes a los animales que se encuentran viviendo en el océano abisal. Nargeolet hizo un trabajo científico realmente importante. Pensó que era un naufragio y resultó, en mi opinión, incluso más sorprendente que un naufragio”.
Este experto biólogo cree que este descubrimiento podría suponer que este tipo de arrecifes son más comunes de lo que se creía y arrojar luz sobre la capacidad de desplazamiento de las esponjas y los corales a través del fondo marino.
“A veces aparecen en lugares donde pensamos,:’Bueno, ¿cómo llegaron allí? No viven lo suficiente para llegar allí’. Pero si hay más de estos lugares rocosos, estos peldaños, de lo que pensamos, creo que podría ayudarnos a comprender la distribución de estas especies en el océano”, ha puntualizado Roberts sobre la importancia de este descubrimiento y su fascinación sobre el mismo.
Por ahora el equipo sigue estudiando y trabajando en las imágenes conseguidas con el objetivo de compartirlo todo con la comunidad científica. Desde CNN informan de que existe otra señal del sonar en las inmediaciones de donde se encuentra sumergido el Titanic para la que Nargeolet tiene pensando una nueva expedición en el futuro. Tras lo descubierto en esta última, cree que podría tratarse de otro arrecife aún más grande. /M.J.Arias/Yahoo
